No, no son la misma cosa, independientemente de la ideología política, el nacionalismo es una idea que se infunde desde el Estado. Aunque hay personas que en lo particular creen en el nacionalismo, éstas también creen que en lo general es mediante el Gobierno que el espíritu nacionalista debe transmitirse hacia los ciudadanos de un país, vía los mal llamados símbolos patrios.
El nacionalista confunde al nacionalismo con el patriotismo, a la nación le llama patria, y la patria, según los nacionalistas, es nuestra madre. La madre patria es, de acuerdo a los nacionalistas, el resultado de las acciones de personajes de la historia, a los que ellos llaman héroes. Es entonces que estos héroes nos han “otorgado” la patria y dichos héroes nos deben de servir de inspiración para dar todo por la patria, por la nación, por el país.
Para celebrar a la patria, y a sus héroes, hay fechas de festividad o de conmemoración: los días de asueto de la nación. De tal forma que, tenemos una “madre” que honrar, la madre patria, héroes a los que debemos recordar y respetar, y días de fiesta, ¿no es esto lo mismo que una religión?, madre patria, el Estado en lugar de un dios, héroes en lugar de santos, y fiestas nacionales en lugar de festividades religiosas.
Mientras que el nacionalismo va de lo general a lo particular, de la nación hacia los individuos; el patriotismo, el real, va de lo particular hacia lo general, de los individuos y sus instituciones naturales hacia la nación.
¿Por qué es el patriotismo algo particular y no algo de carácter puramente general?
La respuesta se encuentra en la etimología de la palabra patria, que significa la tierra de nuestros padres, similar a patrimonio, que significa lo que recibimos de nuestros padres. Adicional, no hay patrimonio sin matrimonio, dos conceptos institucionales que están íntimamente relacionados. El matrimonio es el elemento contractual e institucional que le da legitimidad a la mujer como madre, siendo ésta coheredera del patrimonio destinado a otra institución, la familia, la cual es particular y privada, institución anterior al Estado, lo que significa que no es necesario el Estado para que existan: los matrimonios, las familias y que éstas conformen un patrimonio que perdure en el tiempo.
He aquí que el que es patriota, lo es porque tiene algo que defender: Su vida, su libertad y su propiedad. Sin embargo, el patriota, que lo es en lo individual, reconoce que su individualidad es fruto de la institución familiar, que emana del matrimonio y se sostiene del patrimonio, que a su vez es futura herencia de las generaciones que vienen. De tal manera que el patriotismo es la unión de patriotas que están dispuestos a defender a sus familias y su libertad, y a sus tierras o posesiones. Consecuentemente, un patriota, termina defendiendo y apoyando a su familia, a sus amigos, a su comunidad, a su población o ciudad y a su país.
El gran problema, es que en nuestras naciones, tanto en México como el resto de América Latina, no existe el patriotismo, porque por generaciones se nos ha impedido crear nuestra propia riqueza, nuestro nivel de vida se encuentra menguado, nuestra libertad restringida, y muchos no cuentan con propiedades a la que puedan llamar patrimonio o si las tienen son carentes de valor tal que valga la pena defenderlas.
Esto para los nacionalistas es muy conveniente, pues pareciera que hemos vuelto a la época feudal, cuando los feudales mandaban a la guerra a los campesinos para defender a su nación, la de los feudales, no la nación de los campesinos, pues sin tierras qué nación podrían defender. Hoy es igual, los grandes propietarios son los politiqueros socialistas o comunistas, estatistas, empresarios afines al sistema y algunos sectores de bajos recursos que reciben apoyos.
El nacionalismo es patriotero, es una ficción de una patria que no existe o existe para un sector muy pequeño de la población que está dispuesto a gozar de la riqueza, pero no a luchar por ella, y para eso requieren adoctrinar a la población, haciéndola creer que hay que defender a la nación, sólo porque los libros, que los mismos nacionalistas escribieron, lo dicen.
Vamos por un país de verdaderos patriotas
Para despertar ese espíritu de proteger lo que verdaderamente es nuestro, no es con anuncios del Gobierno, no es con sentimentalismo, no es con la conmemoración de “fiestas patrias”. No es acusando a los que no se sienten motivados haciéndolos ver como traidores.
El camino es que nos volvamos propietarios, propietarios legítimos de nuestras tierras y que las podamos explotar libremente. Que el trabajador se vuelva legítimo dueño de su salario, y que éste no sea menguado con tantos impuestos o que sus ahorros se esfumen por culpa de la inflación. Que la libre empresa exista y que los empresarios no sean perseguidos y acusados por hacer lo que bien saben hacer: Generar riqueza.
Al volvernos propietarios, dejando de ser eternos proletarios, la institución familiar se fortalecerá, porque los matrimonios recobrarán su sentido contractual e institucional y el patrimonio se volverá una realidad, herencia real para nuestros hijos, para las futuras generaciones.
¿No estarías dispuesto a defender lo que es verdaderamente tuyo, de enemigos internos y externos? ¡Estoy seguro que sí! Pero para ello se requiere que abandonemos este falso nacionalismo arcaico y rancio, por un sistema político, económico y social, que nos permita acceder a una riqueza que defender.
¿Estás preparado?