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Educación o imposición ideológica en México

Reforma Educativa

Lo que hace 100 años podría ser impensable en la educación en México, hoy es una realidad. Se sabe que todo está en constante cambio: los alumnos, los maestros, las escuelas, las sociedades en su conjunto, sin embargo, no todos los cambios son siempre para bien. En este artículo se van a analizar algunos cambios que ha tenido el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como el contenido de varios libros de texto, los cuales no han pasado desapercibidos por los padres de familia y han causado mucha controversia en varios estados de la República.

Al hablar de educación tenemos que hablar de la dinámica familiar, la cual también ha cambiado y mucho con el paso del tiempo. El poder adquisitivo ha disminuido y los costos de todo han aumentado, de un tiempo a la fecha no sólo los padres tienen que salir a trabajar largas jornadas, sino también las madres, ya que los ingresos no alcanzan para pagar todos los gastos del hogar. Ese es el mejor de los casos, ya que el porcentaje de familias donde el padre está ausente y los gastos sólo están a cargo de la mamá, van en aumento cada año.  También hay casos de padres solteros donde la que está ausente es la mamá o donde ambos padres se desentendieron y dejaron a los niños a cargo de los abuelos. En este tipo de escenarios, ¿quién se va a estar fijando en los cambios al artículo 3º o en el tipo de contenidos que tienen los libros de texto?

Entremos en materia, ¿sabe usted cuántas veces se ha modificado el artículo 3º de nuestra Constitución Política? En total lleva once modificaciones, desde el 5 de febrero de 1917 hasta el 15 de mayo de 2019. Hay otros artículos que han sido modificado muchas más veces, pero es de llamar la atención el tipo de cambios que ha tenido este en especial que involucra la educación de TODOS los niños de México (también las escuelas particulares se rigen por esta ley). Habrá quien diga que han sido pocos cambios para un periodo de un siglo; habrá quien diga que son pocos, pero los necesarios; habrá quien diga que la educación no debería ser legislada absolutamente para nada por el Estado sino que debiera estar a cargo de los padres de familia y el sistema particular de su elección (este será tema de otro artículo).

La Constitución Política desde 1917 estableció la educación laica, lo cual privó a los padres de familia de su derecho a elegir la enseñanza para sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales, ya que el Estado con el afán de proscribir el contenido religioso en la educación, en realidad impuso el laicismo como la nueva confesión imperante en las escuelas públicas del país. Desde tiempo muy antiguos se ha visto incontables ocasiones que ante las leyes malas los ciudadanos acostumbramos callar, consentir sin analizar repercusiones o de plano ser ignorantes de lo que son las leyes malas. ¿Ha sido bueno que el Estado se haga cargo de la educación de nuestros hijos? ¿Es la única y la mejor alternativa para los padres de familia?

Los cambios en las leyes de un país siempre tienen implicaciones, pero en especial las que se refieren al tipo de educación que han de recibir millones de niños en su etapa formativa, no son cambios ingenuos, sino que responden a intereses políticos e ideológicos como se pueden comprobar en casos como la Alemania nazi, la antigua Unión Soviética, la China comunista y Corea del Norte, por mencionar algunos reconocidos sistemas ideológico-políticos implementados desde el tipo de educación de los niños.

¿Sabía usted que la educación en México durante dos sexenios fue totalmente socialista? El 13 de diciembre de 1934 hubo una reforma del artículo 3º que estableció el contenido socialista en la educación: «Artículo 3.º La educación impartida por el Estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo para lo cual organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social […]»¹

 Tal imposición generó malestar e inconformidad en gran parte de la población, especialmente de grupos de padres de familia cristiano-católicos, sin embargo, esta ley estuvo vigente durante los periodos presidenciales de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) y de Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Fue Miguel Alemán Valdés, el 30 de diciembre de 1946, quien suprimió la educación socialista, aunque mantuvo la prohibición de enseñanza de la religión en las escuelas públicas. 

Es aquí donde podemos aplicar la técnica de análisis de la ventana Overton, la cual es una teoría política que describe como una ventana el rango de ideas que el público puede encontrar aceptable.  Se denomina de esta manera por Joseph P. Overton, ex vicepresidente del Centro Mackinac, uno de los más prestigiosos institutos de investigación de políticas públicas de EEUU. Aborto, eutanasia, vientres de alquiler, pena de muerte, prostitución…, cada sociedad y cada tiempo atesoran sus propios temas tabú, asuntos que no aparecen en la agenda de políticas públicas y de las cuales el electorado no oirá a ningún político hacer ningún tipo de declaración que no sea milimétricamente estudiada. Asuntos que una vez que han sido aceptados, con el tiempo se vuelven populares y hasta “políticamente correctos”.

Los cambios en las leyes de un país siempre tienen implicaciones, pero en especial las que se refieren al tipo de educación que han de recibir millones de niños en su etapa formativa, no son cambios ingenuos, sino que responden a intereses políticos e ideológicos como se pueden comprobar en casos como la Alemania nazi, la antigua Unión Soviética, la China comunista y Corea del Norte, por mencionar algunos reconocidos sistemas ideológico-políticos implementados desde el tipo de educación de los niños.

En México han sido ocho décadas de intentos de pasar de lo impensable a lo político en cuanto a la educación sexual se refiere, mismos que se han topado con resistencias más sociales que políticas. La polémica ha estado presente desde los años treinta cuando el secretario de Educación Pública, Narciso Bassols, promovió su implementación formal en las escuelas del país. “A fines de 1932, Narciso Basols nombró una Comisión Técnica Consultiva para analizar la viabilidad de un plan de educación sexual que debería implantarse en las escuelas primarias de la Ciudad de México”².

Esa iniciativa tenía dos antecedentes: el Congreso Panamericano del Niño —celebrado en 1930, en Lima—, cuya recomendación principal fue instrumentar un programa amplio de educación sexual, y una investigación sobre la conducta sexual de los adolescentes presentada a la Secretaría de Educación Pública en 1932 por la Sociedad Eugenésica Mexicana. La Comisión concluyó que “la SEP debe establecer, organizar y dirigir la educación sexual, asumir esa responsabilidad e impartirla desde el tercer ciclo de primaria y luego en la secundaria”³. Desde un inicio, la Unión Nacional de Padres de Familia y la Federación de Asociaciones de Padres de Familia se opusieron a la iniciativa. La polémica se ventiló en la prensa nacional y se diseminó en las calles de la Ciudad de México, pues se llevaron a cabo concurridas marchas durante un año, hasta que, en mayo de 1934, renunció Bassols y se canceló en definitiva el proyecto.⁴

La ventana de Overton en aquel momento tuvo el intento de abrirse en el ámbito de la educación sexual en México, pero quedó claro que esa iniciativa era impensable y en todo caso era una propuesta radical que no podría ser aceptable para la sociedad que se manifestó durante un año. Sólo era cuestión de tiempo para cambiar esa percepción, “esos tabúes”, y que se preparara el camino a nivel social y político para que se diera la transición de la actitud negativa a una más positiva, respaldada por la sociedad hasta hacerse aceptable y sensato el proyecto a nivel político.

En 1970 se fundó el Consejo Nacional de Población (Conapo), con dos grandes objetivos: reducir, en diez años, la tasa de crecimiento anual al 2.5%; y modelar la conducta sexual de los mexicanos en cuanto a la educación sexual y el uso de anticonceptivos. “El Conapo tradujo sus propósitos y metas, en el marco de la reforma educativa, en temas demográficos y de educación sexual insertos en los programas de estudio y en los libros de texto. Las preocupaciones demográficas se constituyeron en uno de los ejes centrales que orientaron la reforma”⁵. En el ciclo escolar 1974-1975 el modelo de educación sexual se incluyó en los libros de texto. Fue en el nivel básico donde se insertó la educación en materia de población y sexualidad, por lo que tenía carácter obligatorio. “El modelo de educación sexual plasmado en programas y libros de texto se estructuró sobre dos ejes: la reproducción de roles estereotipados y la intención de ir introyectando en los niños modificaciones en la conducta sexual con miras a lograr el control natal”.⁶

En agosto de 2008, el Gobierno del Distrito Federal dio un paso adelante en la educación sexual con la publicación del libro “Tu futuro en libertad: Por una sexualidad y salud reproductiva con responsabilidad”. En la presentación, Marcelo Ebrard, entonces jefe de gobierno, explicaba: “Este libro lo hicimos pensando en ti. Habla de tus derechos, de tus responsabilidades, de tu libertad; del proyecto que puedes construir participando, decidiendo, expresándote, comprometiéndote contigo, con tu ciudad y con la sociedad que deseas. Queremos ofrecerte en este texto información actualizada con evidencia médica-científica, en forma directa y abierta, es decir, sin tabúes ni fanatismos, sin mentiras ni verdades a medias. Tienes derecho a construir plenamente tu juventud incluyendo el ejercicio de tu sexualidad”.⁷

No obstante, la obra no pudo ser distribuida en las escuelas de la ciudad, las autoridades federales se negaron a distribuirlo aduciendo que debía ser valorado por la unidad responsable de Materiales Educativos e incluso se amenazó con una sanción administrativa a los docentes que lo utilizaran. Sin embargo, con la adhesión a la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”, firmada en 2008 por los responsables de los ministerios de Educación y Salud de veinte países de Latinoamérica y el Caribe, México se comprometió a: “formar a profesores/as en temas de educación integral de la sexualidad (EIS) en las escuelas de educación básica; a ampliar la cobertura de salud sexual y salud reproductiva entre jóvenes de diferentes contextos, así como a difundir en medios de comunicación cápsulas informativas sobre salud y educación sexual.⁸

Algo que ha cobrado impulso en el actual siglo XXI en cuanto a la educación sexual no sólo en México sino a nivel internacional, es la promoción del adoctrinamiento a través de la perspectiva de género como si de un derecho constitucional se tratara. Lo llamo adoctrinamiento porque no se impulsa una reforma educativa basada en descubrimientos científicos evidentes para todos, sino que se impulsa un sesgo ideológico basado en nociones ambiguas, confusas y maleables referentes al género que dependen de quienes las interpretan y del contexto en que se aplican.

La propuesta de incorporar la perspectiva de género en los contenidos educativos de los libros de texto no es reciente, sino que ya es una realidad desde hace tiempo, producto de marcadas influencias de organismos internacionales tales como ONU, OMS, Unesco y organismos nacionales como Conapo, CNDH, Conapred, Inmujeres, etc.

Ciertamente, los resultados de las cumbres de Naciones Unidas para regular la sexualidad y reproducción se han visto reflejados en las políticas públicas implementadas en los países para hacer realidad el consenso derivado de esos encuentros internacionales, pero sin duda el mayor logro consiste en que temáticas que antes se colocaban en los márgenes de la legalidad, como el matrimonio de personas del mismo sexo, o el aborto, comenzaron a transformarse en derechos. Una vez más la ventana de Overton se hace presente, pero esta vez a nivel internacional donde el rango de políticas que antes eran consideradas impensables, pasaron a verse como radicales, con el paso del tiempo se convierten en aceptables, después en sensatas e incluso populares; hasta llegar al máximo logro de considerarse: políticamente correctas para el resto de la opinión pública.

Lo que vemos es que se impone a toda costa con un claro desprecio por la libertad de enseñanza, el ideario de las escuelas de gestión privada y la libertad de los padres de familia a decidir sobre la educación de sus hijos conforme a sus convicciones filosóficas, morales y religiosas, así como al contenido científico biológico de la enseñanza de la sexualidad.

Una vez instaurados estos «nuevos derechos» “políticamente correctos” es necesaria su difusión, promoción y aceptación en toda la sociedad. En efecto, la propagación incesante de la aceptación por las buenas o por las malas de los planteamientos de la perspectiva de género se impone a costa del derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones. Y si alguna persona, familia, institución u organismo se opone, es considerado “políticamente incorrecto”, por decir lo menos, ya que se utilizan calificativos como: intolerante, retrógrado, ignorante, del siglo pasado, anticuado, conservador, homofóbico, etc.

¿Dónde queda el derecho de los padres, y en su caso, de los tutores legales, a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo a sus propias convicciones? Tal como establecen documentos internacionales protectores de Derechos Humanos como el artículo 12.4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: «Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones»⁹.

Lo que vemos es que se impone a toda costa con un claro desprecio por la libertad de enseñanza, el ideario de las escuelas de gestión privada y la libertad de los padres de familia a decidir sobre la educación de sus hijos conforme a sus convicciones filosóficas, morales y religiosas, así como al contenido científico biológico de la enseñanza de la sexualidad. El Estado está obligado a respetar el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos. Cuando la ideología de género se impone en el orden jurídico por encima de los derechos de los padres, educadores y escolares, se atenta contra derechos constitucionales y convencionales.

Padres de familia, este artículo es un llamado a involucrarse activamente en la educación de sus hijos, a aprovechar la inercia de la dinámica que se logró durante el tiempo que ha durado la pandemia en la que tuvimos que experimentar la escuela en casa y ser partícipes en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros hijos. Finalmente ¿de quién es la responsabilidad de la educación de los hijos: de los padres o del Estado? ¿De quién son los hijos: nuestros o del Estado? Los invito a que conozcan la iniciativa de ley del pin parental que permite que los padres de familia en México soliciten por escrito a las escuelas donde acuden sus hijos que no se les enseñe ningún contenido de índole sexual o ideológico sin su autorización previa, haciendo uso de su derecho constitucional a la educación de sus hijos de acuerdo a sus valores y creencias.

Estimados lectores, si no tienen posibilidades de hacer escuela en casa (que es una alternativa creciente, económica, legal y con excelentes resultados), y si tampoco está en sus posibilidades pagar una escuela particular acorde a sus valores familiares, es hoy más que nunca un requisito revisar con lupa el contenido de los libros de texto desde Preescolar hasta Preparatoria, y no sólo eso, los contenidos que nuestros hijos consumen a diario en las redes sociales y los medios de comunicación, porque todos estos medios educan y su influencia muchas veces es mucho mayor que la de los mismos padres.

¹ Evolución jurídica del artículo 3 constitucional en relación a la gratuidad de la educación superior. Sitio web de la Cámara de Diputados, servicios de investigación y análisis. Consultado en: http://www.diputados.gob.mx/bibliot/publica/inveyana/polint/cua2/evolucion.htm

² Del Castillo, Alberto (2000). “La polémica en torno a la educación sexual en la ciudad de México durante la década de los años treinta”. Estudios Sociológicos XVIII (1): 203-226. Disponible en http://bit.ly/2x6DsF7

³ Publicaciones digitales UNAM (2010). “Diccionario. Educación sexual”. Disponible en http://bit.ly/2QpVlqp

⁴ Garduño, Verónica (2018), Educación sexual: una polémica persistente. Consultado en: https://historico.mejoredu.gob.mx/educacion-sexual-una-polemica-persistente/

⁵ GARCÍA, María Guadalupe (2001). “La educación sexual en la reforma educativa de los años setenta”. Quaderns Digitals (en línea). Disponible en http://bit.ly/2NFNKFI

⁶ GARCÍA, María Guadalupe (2001).

⁷ Gobierno del Distrito Federal (2008). Tu futuro en libertad. Ciudad de México: GDF. Disponible en http://bit.ly/2CNXsBB

⁸ Garduño, Verónica (2018), Educación sexual: una polémica persistente. Consultado en: https://historico.mejoredu.gob.mx/educacion-sexual-una-polemica-persistente/

⁹ Convención Americana sobre Derechos Humanos. Consultada en: https://cdh.defensoria.org.ar/normativa/convencion-americana-sobre-derechos-humanos-4/

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